Los deportes más inusuales para apostar

Cada país se decanta con gran religiosidad por seguir disciplinas en las que se destacan sus deportistas, lo que hace que de una temporada a otra se popularicen más unas que otras competencias. Po lo tanto, no es de sorprender que las apuestas deportivas sigan las mismas tendencias. Sin embargo, si es usted lo suficientemente curioso, puede encontrar bastante atractivas estos deportes poco comunes. (Anímese y haga aquí su apuesta)

Si es de los que ha encontrado en las apuestas una forma entretenida para seguir los eventos deportivos, bien valdría la pena darle una mirada a estas disciplinas que aunque no despiertan grandes pasiones en estas latitudes, sí podrían ser una oportunidad para encontrar cuotas altas a la hora de jugar.

Snooker: esta modalidad británica del billar se juega en una mesa de 12 pies. Los jugadores usan una bola blanca para embocar las otras bolas (quince rojas y seis de otros colores) en un orden establecido.

E-Sports: se trata de deportes electrónicos, y es que aunque no lo crea, es posible jugar a nivel competitivo videojuegos, ya sea a nivel de aficionado o profesional. Cuentan con ligas y torneos a nivel mundial, y entran en este espectro todos los videojuegos que tengan su propia competencia, no solo los que están inspirados en los deportes tradicionales.

Footy: es el fútbol australiano, que resulta de un híbrido entre el fútbol tradicional y el rugby, en el que se enfrentan dos equipos de dieciocho jugadores con una pelota ovalada, durante cuatro cuartos de veinte minutos de duración.

Críquet: proviene de Inglaterra y es muy popular también en India y Pakistán. Enfrenta a dos equipos de once jugadores cada uno, y se asemeja al béisbol por cuanto que haciendo uso de un bate y una pelota el jugador de un equipo batea y trata de conseguir carreras, mientras el otro equipo lo tiene que impedir. 

Biatlón: es un deporte de invierno que comprende una carrera en la que los concursantes combinan el esquí de fondo con el tiro al blanco con carabina. Se originó en Noruega como un ejercicio realizado por soldados.

La singularidad de estas disciplinas las hace idóneas para salir de la monotonía, aprender sobre otros deportes y encontrar una forma entretenida de pasar el tiempo cuando no hay competencias de interés local. Si esto le sonó, pruebe y haga su primera apuesta aquí.